Por ERIC CORRALES |17 de abril de 2023,
El crecimiento prostático es una condición benigna que le sucede a todos los hombres. El aumento en el tamaño de la próstata ocurre principalmente después de los 40 años, y esta es la principal razón por la cual se recomienda el examen de próstata por parte de especialistas en urología.
¿Por qué la hiperplasia benigna de próstata se debe diagnosticar y tratar? De acuerdo con los médicos, la próstata está localizada justo debajo de la vejiga, a la salida de esta, junto al inicio de la uretra, y el aumento de su tamaño con la edad puede provocar mucha sintomatología miccional (necesidad imperiosa de orinar), entre otros síntomas.
“Con los años, la próstata tiende a aumentar su tamaño, un efecto secundario de la testosterona sobre ella, y este crecimiento puede dar lugar a la hiperplasia benigna de próstata, caracterizada por la obstrucción a la salida de la orina de la vejiga, lo que provoca que el chorro al orinar sea flojo y menos potente, que se entrecorte y que no se vacíe bien la vejiga y en general, ir al baño se hace cada vez más difícil. Esto puede incluso provocar deterioro de la vejiga con complicaciones asociadas”, explicó el doctor Mario González Salas.
Si no se trata a tiempo, en la próstata se pueden llegar a desarrollar células cancerígenas con el paso del tiempo, y provocar la aparición del segundo cáncer más frecuente que padecen los varones en el mundo: el cáncer de próstata. Se calcula que, por cada cien mil habitantes varones, se diagnostican al año unos 110 cánceres de próstata.
Tratamientos y cirugía mínimamente invasiva
Los avances de la medicina hacen que los pacientes hoy cuenten con opciones mínimamente invasivas para tratar la hiperplasia benigna de próstata y otros padecimientos de este órgano.
“Adicionalmente, si lo que queremos es tratar una obstrucción y se trata de un caso donde la cirugía no es indicada, existe el tratamiento con vapor de agua a través de un aparato llamado Rezum. Este tratamiento administra el vapor dentro de la próstata a 100 grados, para destruir el tejido prostático que está causando la obstrucción. Es mínimamente invasivo y el paciente se va a la casa a las pocas horas. Ya a los cinco días puede retomar sus actividades normales”, detalla el especialista del Hospital Unibe.